jueves, 1 de marzo de 2012

Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969) - George Roy Hill


Película ubicada en Wyoming que nos narra las peripecias de dos verídicos personajes que en tierras yanquis alcanzaron el rango de leyendas, los pistoleros cuyos nombres sirven de titulo original al filme, Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969). La cinta de George Roy Hill narra la historia real de ambos vaqueros, famosos asaltantes de bancos, y cómo ampliaron su horizonte laboral para asaltar trenes, pero no cuentan con la reacción de los lugareños, que organizan una comitiva conformada por habilidosos pistoleros, acompañados por un experto en rastrear, que les darán incansable cacería. Retrata pues el camino que siguieron en su escape, en el cual llegaron hasta las tierras sudamericanas de Bolivia, cuyo evento divide al filme, pues a partir de ahí se nos informa que ya no es históricamente comprobado. Para interpretar a los prófugos asaltantes, son reclutados dos de los grandes actores yanquis de la época, probablemente los que gozaban de mejor cartel entonces, los memorables Paul Newman y Robert Redford, como Cassidy y Sundance respectivamente. En uno de los mejores momentos de sus carreras, en la plenitud de sus existencias, los actores concretan un trabajo memorable, y con tan buen resultado que el tándem Roy Hill-Newman-Redford repetiría plato tres años después. En su huida recibirán el apoyo incondicional de la chica de Sundance, interpretada por Katharine Ross. Western narrado con cierta clave cómica, resulta un digerible y agradable ejercicio del cine de cowboys.

           


Inicia a acción en una locación aislada, densa, donde vemos a Butch Cassidy, calculador y silencioso, mientras, cerca, Sundance Kid juega al póker con otro personaje, está teniendo demasiada suerte, despertando la ira de su oponente, que los amenaza, pero apenas se entera que se trata de Kid, le cede las ganancias y se aparta. Los camaradas bandidos se van, planean llegar a tierras bolivianas o centroamericanas, y se reúnen con la banda de Cassidy, La banda del desfiladero, pero éstos se rebelan, quieren desbancarlo del liderato, y Butch, con astucia y picardía, somete al principal insurrecto. Asaltantes de bancos, se deciden a cambiar y roban un tren, del que no extraen demasiado dinero aunque tienen éxito, pero el pueblo, ya harto, se organiza para perseguir a los asaltantes, su banda se ha dado a la fuga, y el dúo se va a pasar un buen rato en compañía femenina, Butch con una prostituta, Sundance con su chica, Etta Place (Ross). Se refugian con ella, y los tres tienen una estrecha relación. Intentan asaltar nuevamente un tren, pero llega una moderna locomotora, y de uno de sus vagones sale un grupo de jinetes, expertos tiradores, que eliminan a casi toda la banda, escapando únicamente los dos amigos.




Refugiados en el prostíbulo local, hasta ahí llegan sus perseguidores, sus cazadores son muy persistentes, y tienen una gran capacidad de seguir rastros, un indio del que les habían hablado los está ayudando. Los asaltantes siguen escapando y los jinetes no abdican en la persecución. Llegan al extremo de tener que saltar por un desfiladero para perderlos, y superan la dificultad de que Sundance no sabe nadar. Huyen y llegan hasta la casa de Etta, le comunican que planean escapar a Bolivia, y la fémina se apunta en su misión con determinación, los acompañará y ayudará. Emprenden el camino y llegan ahí; ya en tierras sudamericanas, planean robar bancos de nuevo, vencen la inicial dificultad del idioma, Etta les enseña español, y perpetran un cómico robo, escapan de la policía local. Unos bolivianos pretenden robarles, pero ambos los eliminan, superando ahora que Cassidy jamás había disparado. Buscan ser honestos, piensan ser granjeros, y son emboscados nuevamente, finalizando la cinta con ellos enfrentándose en otro tiroteo.




La película tiene un llamativo comienzo con la proyección de las imágenes de aspecto antiguo, representaciones del lejano oeste, y de los protagonistas, seguido de la secuencia inicial, llamativamente atractiva. Está ambientada la secuencia en un extraño lugar, que se siente denso, algo irreal, anacrónico incluso, todo esto potenciado por el tono sepia en que sucede la acción, dotando a la secuencia de expresividad y distinción del resto del filme. Similar fórmula se aprecia en la mitad del filme, el nudo narrativo, a partir del cual se nos advierte que los hechos ya no son históricamente verídicos, y nuevamente vemos las imágenes con aspecto antiguo, representando, nuevamente edificios, locaciones, carruajes, caminos de la época, y a los asaltantes, con Etta, los tres avanzando en su interminable travesía, siempre en sepia, un tratamiento sensiblemente diferenciado. Iniciándose la acción en Wyoming, retrata un lejano Oeste en el que los avances tecnológicos ya están arribando, y de esa forma vemos el mundo del western, los vaqueros, tiroteos, equinos, prostíbulos, todo ese universo representado, pero a donde la tecnología ya va arribando, modificando inevitablemente todo, el Oeste ha cambiado ya, más rápido que su gente, quedándose imágenes de un western en el que Paul Newman maneja apaciblemente una bicicleta, haciendo singulares piruetas y llevando en ella a Etta. Después, a partir del mencionado inicialmente punto de división, la acción se modifica también, y sensiblemente, pues es en este apartado que se producen los las más jocosas situaciones, son las secuencias más incluso lúdicas, burlescas, los asaltos más inverosímiles, los bandidos yanquis son prósperos asaltantes, y protagonizan un asalto sin dominar el idioma, sin saber dar las órdenes a los agraviados, una de las secuencias más divertidas de la cinta.








Y es que el director presenta en marcada clave cómica la segunda parte de la historia de los legendarios Butch Cassidy y Sundance Kid, y el filme se dice incrementó inclusive su fama y reputación, retratando al ducho, ingenioso y bromista Butch, líder incuestionable de su banda del desfiladero, el encargado de planear los golpes, el cerebro del dúo, mientras Sundance es la acción, la ejecución, más serio e introvertido, el pistolero más habilidoso que se haya visto, temible tirador que espanta a quien sea, excepto a sus perseguidores. Son pues camaradas complementarios, Sundance puede hasta atinarle a una serpiente lejana en segundos, pero no sabe nadar, Butch es el cerebro, pero jamás ha disparado un arma, son un gran equipo juntos, y la química que desprende esta pareja estelar es soberbia, Paul Newman y Robert Redford hasta parecen hermanos en acción, cuidándose el uno al otro, regañándose, bromeando, protagonizando ingeniosos parlamentos, desprenden gran empatía, al igual que con Katharine Ross, esta gran empatía es uno de los bastiones de la película. La cinta tuvo también éxito en los por entonces apreciables Premios de la Academia, obteniendo más de un galardón, como el de Mejor Guión Original para William Goldman, y la famosa Mejor Canción Original, con letra de Burt Bacharach, e interpretada por B. J. Thomas,  Raindrops Keep Fallin' on my Head, es la melodía que escuchamos más de una vez a lo largo del filme. Obtendría además los reconocimientos del Oscar a Mejor Banda Sonora Original, para Bacharach mismo, y Mejor Fotografía. Si bien no logró alzarse con los más importantes galardones, la cinta se erige como un buen ejercicio cinematográfico yanqui, ligero y agradable western, disfrutable versión de lo que sucedió con los verídicos y famosos asaltantes de bancos, además de tener una muy memorable dupla actoral estelar.


    








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